El conocido como Día de Acción de Gracias se celebra, principalmente en Estados Unidos, y siempre en el cuarto jueves del mes de noviembre, lo que se traduce en el próximo día 23 en este año de 2018. Dicha fecha da comienzo a un mes lleno de frenesí y de vacaciones, que incluye otros acontecimientos  tan importantes como Hanukka o el Solsticio de Invierno, y que finalmente culminan todos en la llegada de la Navidad. El ajetreo y el estrés de las compras que conllevan estas fechas, hacen que tanto los niños como los adultos puedan llegar a sentirse agobiados o insatisfechos en algún momento, olvidándose de apreciar y de disfrutar la alegría y la tranquilidad que podrían proporcionar unos días de descanso y de fiesta.

Quizá deberíamos pensar en los valores que de verdad querríamos que los niños aprendieran en estas fechas, como la alegría, la generosidad, el respeto a las personas mayores…y centrarnos en ello para que el Año Nuevo sea un nuevo punto de partida hacia una forma más justa de vivir y de celebrar la vida sin necesidad de endeudarse o acabar con el sueldo de un mes de un plumazo. ¿Y qué mejor momento para comenzar que el día de Acción de Gracias?

 

Practica la gratitud cada día

 

Si queremos ser y criar niños felices, debemos practicar la gratitud de manera consciente y coherente, o podemos terminar sintiéndonos con más derecho a recibirla por parte de otros que a darla a los demás. Cuando nos sentimos solo con derecho a recibirla, a menudo nos enfadamos y frustramos porque continuamente creemos que nos han fallado o que nuestras expectativas se han quedado sin cumplir. Es decir, que es más probable que nos sintamos decepcionados cuando no obtenemos lo que creemos que merecemos, en lugar de preocuparnos por agradecer de forma sincera el momento en el que recibimos algo de los demás. Debemos tener presente, sobre todo para evitar disgustos, que la decepción no es un hábito de felicidad como lo es la gratitud sincera.

Aquellas personas que practican y reciben el sentimiento de la gratitud son más felices, viven más contentas, son más optimistas y más propensas a ayudar a otras personas en todos los aspectos. También son menos materialistas, menos envidiosas y menos propensas a estar deprimidas. Pero si estas razones no te parecen suficientes, ahora te damos 7 razones más para que puedas convencerte:

 

  • Haz que tu familia cuente todas las cosas buenas que le suceden cada noche, por ejemplo, a la hora de la cena o la hora de acostarse. Soltar los problemas y recordar las alegrías, puede hacer que las personas se sientan más satisfechas y agradecidas. Podéis anotar todos los acontecimientos positivos en un diario y leerlo a los demás cuando estéis todos juntos.
  • Otra práctica efectiva es crear un tarro de gratitud o de alegrías. Cuando ocurra algo que os haya vuelto locos de emoción, escribidlo en un papel y meterlo en el tarrito. Una vez lleno y llegado un día especial, como por ejemplo el día de Año Nuevo, buscad un buen momento para leer todos esos trozos de papel en familia y veréis como se convierte en un momento muy especial para todos.
  • Fomenta las frases y las palabras bonitas y llena tu casa de ellas: ¡Qué bonito día hace! ¡Me encanta cuando brilla el sol! ¡Me encanta la lluvia! Además de ayudar a ver el mundo con mucha más positividad, dejarás un excelente ejemplo a los más pequeños de la casa.
  • Toma una o dos fotos cada semana de algo que te guste o te haga feliz y compártelas con tu familia. También puedes reunirlas todas y ponerlas en un álbum o cuadro a final de año. ¡Será precioso recordar los mejores momentos!
  • Ayuda a tus hijos a escribir cartas de agradecimiento para enviar por correo a personas queridas e importantes, como los abuelos o los tíos. ¡Puede ser un bonito detalle prenavideño!

 

practica la gratitud

 

  • Haz un árbol con mensajes de agradecimiento y colócalo en el salón de tu casa. En el Día de Acción de Gracias es costumbre en muchos sitios el que todos escriban cosas por las que están agradecidos en hojas de papel y las peguen al árbol como si fueran sus propias hojitas. Si haces esto y vas guardando el resultado año tras año, con el tiempo tendrás un auténtico tesoro familiar.
  • También puedes utilizar la misma idea de los mensajes pero en manteles y con ayuda de rotuladores permanentes. Además de tener unos manteles súper originales y únicos, cada año podrás poner en Navidad y decorar tu mesa con algunos de los mejores para recordar y fundirte en la dulce nostalgia.

 

¡Siéntete agradecido por todo lo que tienes y convierte la gratitud en una forma de pensar y de vivir!