Incluso en las relaciones en las que reina el amor verdadero y la confianza mutua, pueden crearse situaciones desagradables de celos motivadas por diferentes causas, y esto puede derivar, si no se soluciona a tiempo, en una desconfianza muy difícil de curar ya con el paso del tiempo.

Muchas veces, estas situaciones de celos no se producen porque la otra persona se cruce a una tercera en su camino, sino porque la persona que sufre y experimenta los celos es una persona insegura y con una baja autoestima, lo que la conduce a desconfiar de casi todo lo que le rodee.

Pero, ¿qué les ocurre a aquellas personas que logran no sentir nunca celos? ¿Acaso son una especie diferente a la de los que sí los sufren? Pues no. Simplemente, se trata de que dichas personas sí tienen seguridad en sí mismas, y saben diferenciar lo verdaderamente importante y preocupante de lo que no lo es.

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Características de las personas NO celosas

  • No son personas envidiosas.
  • Son personas con carácter y seguridad en sí mismas.
  • No necesitan la opinión de los demás para ser felices.
  • Tienen una amplia confianza en los demás y en su pareja especialmente.
  • Si alguien se interesa por su pareja se sienten orgullosos de tenerla a su lado.
  • No entienden la relación entre la pelea y el amor.
  • Creen con firmeza que si alguien les quiere de verdad no hay nada que temer.
  • Aman la libertad y respetan la de sus parejas.
  • Enfrentan las situaciones, en lugar de escapar de ellas.
  • Se consideran felices y a gusto con sus vidas.

En definitiva, las personas no celosas se distinguen de las otras en su forma de entender el amor y relacionarse con el mundo. Si eres una persona pacífica y respetuosa, en tu cabeza nunca estará la posibilidad de poder pelear con alguien por celos o por amor.

Al fin y al cabo, si alguien te quiere de verdad y disfrutáis de una vida en común plenamente feliz, los celos serán del todo absurdos, pues nada ni nadie podrá romper lo que habéis creado juntos.