La muerte de una mascota genera un dolor intenso tanto o más que la de un familiar, pero cuando esto ocurre no es comprendido por todos y esto hace que se combinen emociones de dolor, además de culpa y confusión. Este sentimiento puede ser incomprendido por aquellas personas que nunca han tenido una mascota, principalmente cuando nunca han tenido un perro, un fiel amigo diferente a cualquier otro animal, el animal que mejor ha comprendido al hombre desde antaño.

Vivir el duelo de tu perro es importante, respetar este dolor te hará sentir mejor y hoy queremos ayudarte con algunos recursos para que tu perro duerma junto a tu corazón y no tengas que sentirte culpable por ello.

 

Estrategias para superar con amor la muerte de tu perro

 

  1. Tómate unos días para el duelo

Es cierto que es muy difícil que en el trabajo se comprenda que has perdido a tu perro y que sientes un gran dolor como para estar ausente. Probablemente no te darán ningún día para vivir tu duelo, ni siquiera para despedirte de él como lo harían con la muerte de un familiar. Sin embargo, un fin de semana a solas puede significar uno o dos días de sanación. Tómate esos días para llorar, gritar, vivir tu dolor y tu tristeza. No trates de explicárselo a nadie mientras estás muy dolorido/a; la burla o la indiferencia de otros pueden hacerte sentir peor.

  1. Preocúpate por los sentimientos de los pequeños de casa

Si tienes hijos o hay niños en casa que compartían el día a día con tu perro, preocúpate por ellos. Los sentimientos más puros son los de los niños y ellos aún no saben definir las emociones. La ausencia de su mascota amiga les produce el mismo dolor que a ti, con la diferencia de que ellos no saben qué sentir. Un niño no atendido en su duelo puede transformar su dolor y tristeza en rabia y rebeldía. Demuéstrale que tú también estás triste y que sentir ese dolor está bien. Nunca le hables de sustituir a su perro por una mascota nueva, no permitas que piense que el perro pueda ser algo sustituible. Al contrario, dile que nadie sustituirá el vacío de su perro pero que se aprende a vivir ese vacío con amor. Quitar por un tiempo posibles fotos e imágenes de animales de la casa puede ser un gesto de sanación, una despedida con mucho amor.

  1. Dile adiós a la rutina lentamente

Lo más difícil durante el primer mes es afrontar la rutina diaria que hacías con tu perro. Llegar y que él te esperara al lado de la puerta, que buscara tus pantuflas, que se echara a tu lado en silencio mientras estabas triste. Su compañía silenciosa, su amor incondicional, su alegría por salir a pasear, su desespero por comer, sus ladridos para cuidarte, son cosas que recordarás cada día y no lo podrás evitar, es más, no debes evitarlo. Esos recuerdos son solo tuyos, te pertenecen… ¡vívelos! Esa es la mejor manera de que duerma junto a tu corazón.

Verás que el tiempo irá modificando la rutina sin esfuerzo, tus recuerdos se irán adormeciendo pero no te sientas mal por eso. Es la ley natural de la vida. Cuando sus recuerdos no te traigan dolor, sino alegría, entonces habrás superado la etapa del duelo.

  1. No te cierres para tener una nueva mascota

A tu perro no se le sustituirá jamás y el dolor no debe evitarse, debe saberse afrontar. Cuando te sientas bien con tus recuerdos, cuando el duelo haya pasado no deseches la idea de un nuevo perro. Está comprobado que nuestros perros nos ayudan a liberar oxitocina del cerebro, al igual que ellos la liberan cuando los acariciamos. Esta es una hormona que ayuda a superar el estrés, a fortalecer las relaciones, a tener mayor alegría y confianza. Por esta razón puede ser muy recomendable tener perros cuando se vive con niños, con personas discapacitadas, o con personas que sufren de melancolías constantes.

Este es nuestro espacio para ayudarte a afrontar el dolor de perder a tu perro querido, siéntelo tu espacio también para expresar tu dolor, ese que nadie comprende tan bien como tú.

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