El estrés es una de las peores sensaciones que podemos tener en la vida, pues nos limita y nos impide ver la realidad con la verdadera luz que tiene. Pero, aunque nadie está a salvo de sufrirlo, sí que podemos hacer mucho por evitarlo o por relajarnos, una vez llegue, a la menor brevedad. ¿Quieres comprobarlo?

  1. Aléjate del estrés y ten calma

Todos los días realizamos diferentes actividades, ya sea en el hogar, en el trabajo, con amistades…y esto hace que el estrés y la ansiedad sean algo que sufrimos a diario. Las preocupaciones y los problemas que estés afrontando, pueden traer consigo consecuencias muy negativas. Sin embargo, con la práctica de ejercicio, como el simple hecho de salir a caminar, puedes conseguir relajarte en poco tiempo.

Un consejo recomendable es el de caminar al menos 30 minutos al día, porque hacerlo hará que oxigenes el cerebro y que escapes de la rutina. Camina en soledad de vez en cuando, o compartiendo el momento con los que más quieres. Al caminar verás muchas cosas diferentes a tu alrededor que te permitirán distraerte, y al mismo tiempo conseguirás reflexionar y relativizar los problemas. ¡Sal a la calle y respira!

  1. Respiración y concentración

En el yoga se demuestra que la respiración es vital para el organismo en cada ejercicio, y la fuerza que estimula al sistema nervioso para realizar cada movimiento, permite que se libere también el estrés. Para conseguir esa relajación que el yoga consigue, puedes realizar ejercicios prácticos de respiración como el siguiente: respira profunda y lentamente desde la zona del estómago y, con tu dedo pulgar, tapa el orificio nasal derecho e inspira con el izquierdo. Luego, con tu dedo índice, tapa el orificio nasal izquierdo y exhala con el derecho. Repite varias veces con cada lado.

  1. Descansa bien

El sueño es necesario, y no cumplir con las horas recomendadas solo hará que arrastremos el cansancio y que no podamos rendir como de verdad deseamos o necesitamos. Todas las personas deben tener su dosis diaria de sueño, así como sus ratos de desconexión diarios cuando se está despierto para aliviar el estrés y la ansiedad. Prueba a sentarte en tu lugar favorito (aquel en donde hayas vivido experiencias extraordinarias), y luego procura sentir y visualizar todo lo que te haya sucedido positivamente en dicho lugar. Vive tu momento de relajación plena de esta sencilla forma y verás cómo transportándote a una realidad diferente de bienestar, podrás rebajar la tensión del día.

  1. Cuida de una planta

Aunque para algunos parezca un poco extraño, cuidar y proteger a una planta puede ayudar a experimentar sensaciones bastante reconfortantes y placenteras. Recuerda que las plantas no solo cumplen una función primordial, que es la de limpiar el aire que respiramos, sino que también nos ayudan a encontrar la calma y a tener un ambiente más agradable y zen. ¿Por qué no pruebas a decorar tu casa con las mejores plantas?

 

cuidar plantas

 

  1. Apaga el ordenador

Si eres de las personas que dependen todo el día del ordenador o del móvil para poder trabajar, procura distribuir bien los tiempos y encontrar espacios para el descanso y para apartar la rutina durante un rato. Procura también no usar tu portátil o dispositivo móvil al menos una hora antes de ir a dormir, pues las ondas de estos dispositivos están relacionadas con la pérdida del sueño y la mala calidad del descanso.

  1. Asómate a la naturaleza

No te imaginas el efecto que tiene la luz solar para el estrés. Si ves que hace un día soleado, sal a la calle y disfruta un poco de sol. En el caso de que no puedas salir, acércate a la ventana unos minutos y concéntrate en algún pájaro o árbol que veas por la calle. Verás la naturaleza en su esplendor y conseguirás relajarte con una sonrisa en el rostro.

  1. Date un masaje

Relajar los músculos ayuda a liberar tensiones, así que intenta, por ejemplo, aplicar un poco de presión entre el dedo índice y el dedo del medio para liberar las tensiones del corazón. Date pequeños masajes debajo del dedo pulgar para relajar los músculos de las zonas del cuello, nuca y hombros.

  1. Escucha música con una pieza de fruta

Tararear o cantar una canción favorita permite activar un neuroquímico llamado dopamina, responsable de hacernos sentir a gusto. Entre los tipos de música más recomendable se encuentra la música clásica, pues tiene un efecto tranquilizador y relajante en el cuerpo. Y si el momento de escuchar música lo acompañamos de una buena dosis de vitaminas, como las que nos aporta el plátano que además es rico en potasio y regula nuestra presión sanguínea, lograremos un momento de paz absolutamente redondo.

  1. Hidrátate con una sonrisa

Un consejo muy recomendable para recuperar la calma en momentos de suma tensión es mojarse con agua fría la parte de detrás de las muñecas y los lóbulos de las orejas. ¿Por qué? Pues porque por esas zonas pasan importantes arterias, y al mojarlas, sentimos una sensación de frescura, como la que regalamos a los demás cuando sonreímos con la boca llena. La risa estimula la generación de endorfinas, lo que hace que tengamos sensación de plenitud y de alegría y podamos contagiarla a los de nuestro alrededor.

Recuerda una situación graciosa y ríete muy fuerte para disminuir el estrés que llevas dentro, y concéntrate en apreciar cada momento positivo que te rodee. A veces la tranquilidad se encuentra en las cosas más sencillas de la vida, no lo olvides.