El amor es puro, es bueno, es sano…, nunca corta las alas de ninguna persona. Cuando crees que el amor te está cortando las alas, acabando con tus anhelos o deteniendo tus aspiraciones, es porque existe otro sentimiento disfrazado de amor provocado por ti o por la persona amada. Hablemos en este post de esos sentimientos tóxicos disfrazados de amor. 

Sentimientos tóxicos que te cortan las alas


  1. La inseguridad

La inseguridad que puedas tener en ti produce una baja autoestima que normalmente es generada en la infancia por sobreprotección o por ausencia de cuidado y amor por parte de los padres. Esta ausencia de sentimiento de amor crea una inseguridad que se trata de llenar en nuestra etapa adulta con objetos o con un amor de pareja, produciéndose relaciones tóxicas de dependencia creadas por nosotros mismos. Los celos son una consecuencia de baja autoestima y lo peor de todo es que te cortan las alas. Comienzas a dedicar más parte de tu vida a la angustia y a la inseguridad que a cumplir tu misión de vida.

  1. La manipulación

Otras veces el sentimiento tóxico puede venir de fuera y entra en nuestras vidas por la culpa. Unos padres sacrificados, una pareja débil con poca estima, un hijo mal atendido, una pareja o amistad abandonada, son todos caldos de cultivo para generar manipulación. Debes entender que cada quien es responsable de la vida que decidió vivir y cada uno de nosotros tiene un talento que expresar, una misión que cumplir, una esencia que dejar salir. Vivir sin poder hacerlo de verdad trae depresión, desamor, tristeza y angustia. Solo hay una vida para vivirla, decide vivir haciendo la diferencia en el mundo que te rodea y no dejes que te corten las alas con manipulación.

  1. Comodidad

Estar en una zona de confort con nuestros padres o con nuestra pareja es un escenario difícil para emprender anhelos y sueños. Es más fácil alcanzar nuestros sueños cuando estamos en un ambiente incómodo, ya que nos empuja todos los días a salir de él. Esta situación es producida por nosotros y por nadie más, en este caso nadie nos corta las alas, nosotros decidimos atrofiarlas al no usarlas para volar. La excusa puede ser el amor, pero realmente no es la causa, es la máscara detrás de la falta de disciplina, de la falta de valía, de la ausencia de responsabilidad en vivir la vida.

Vivir con las alas cortadas no es culpa del otro, es una decisión tomada por ti que te dará más inseguridad, tristeza, desamor y depresión.

¡Sal de este cuadro y píntate una vida con color!