La amistad nos salva de la vida misma. Cuando no podemos más o necesitamos un respiro, siempre una mano, un oído o un hombro nos auxilian y nos reponen. Es la sensación que te da una infusión antes de acostarse. Reconforta y alivia como nada. Nos devuelve la fe en nosotros mismos y sentimos que no estamos solos. La amistad es el remedio infalible para todos los males.
¿Cuál es el secreto de este poder curativo? No es uno, son varios y aquí te los contamos:
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Aliento
¿Has tocado fondo, no entiendes nada o estás agotado? La solución pasa por hablar con un amigo y recibir ese ánimo que te había abandonado momentáneamente. Una simple charla te dará las fuerzas que necesitas para continuar.
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Apoyo
Siempre puedes contar con tu amigo del alma para lo que quieras. Por eso es tu amigo del alma. Y cómo tranquiliza saber que con una llamada acudirá donde le digas y te ayudará o salvará hasta de ti mismo.
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Sinceridad
Porque si de verdad te quiere será sincero y te dirá las verdades que debes oír porque te conoce como nadie y no dudará ni hará lo que sea sólo por agradarte. Si no te gusta lo que oyes, reflexiona antes de rechazarlo. Al menos concédele el tiempo de pensarlo, quizás tenga razón.
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Diversión
Relajarte y perder un poco la cabeza es imprescindible de vez en cuando, y con quien si no con amigos de toda la vida o de poco tiempo pero de intensas vivencias.
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Compañía
A veces sientes que el mundo te abandona y la inmensidad de la soledad hace que tengas miedo y creas que no hay nadie a tu alrededor. Pero te equivocas. Siempre hay un amigo que se va a sentar contigo aunque sea para no hablar, sino par simplemente sentir la compañía y hacerte ver que nunca estarás solo, pase lo que pase.
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Complicidad
Cuando hay tantas anécdotas vividas basta una mirada para entenderse y transformar cualquier situación en risas. Esa intimidad compartida es el motor de la amistad. Son los lazos invisibles que explican que aunque pasen años sin verse por las circunstancias de la vida, esa amistad no acaba.
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Cariño
Sólo alguien que te ha visto en los mejores y en los peores momentos te quiere por lo que eres. Ese amigo ha visto todo de ti y sigue contigo. No hay cariño más sincero que el de la persona que te conoce mejor y entre esas personas seguro que se incluye tu mejor amigo.
Sólo nos queda decir que la amistad es recíproca, se alimenta de la interacción de dos personas. Hay que hacerla crecer devolviendo lo que recibimos. Y recuerda, lo importante no es la cantidad de amigos que tengas, sino lo grande que sea su corazón para ti.