Ya tenemos encima la última noche del año. Para muchos el 31 de Diciembre se habrá hecho esperar, pero muchos otros tendrán la sensación de que ha llegado demasiado pronto de nuevo. Esto siempre ocurre, y seguro dependerá de lo bien o mal que nos haya ido este 2016. Lo que sí es seguro es que, tanto unos como otros, se habrán planteado en algún momento por qué recurrimos siempre a despedir el último minuto del año pendientes de un reloj y engullendo 12 uvas, ni una más ni una menos.
Pues lo cierto es que existen diversas teorías que pueden atribuirse a esta tradición de las 12 uvas de las cuales os destacamos dos. ¿Quieres conocerlas?
- Tradición burguesa: se dice que, a finales del siglo XIX, muchos burgueses y nobles ya tenían la tradición de despedir el año degustando un buen champán y fruta de la temporada, como son las uvas. Animados por el gusto de esta bebida y de esta fruta, unos jóvenes acudirían una noche de fin de año a la Puerta del Sol, para hacer lo mismo que hacían en casa pero bajo las campanadas del reloj más famoso de España y de parte del mundo. De esta forma comer uvas en fin de año, se habría traducido en comer exactamente doce, coincidiendo con el toque de los relojes a la medianoche.
- Una buena cosecha de uvas: en el año 1909 se produjo un excedente de uvas muy importante en España. Las cosechas de esta fruta habían sido tan buenas, particularmente en Alicante y Murcia, que los agricultores habrían tenido la idea de regalar uvas para celebrar en fin de año lo que había sido una cosecha excelente digna de celebrar.
Lo cierto es que no sabemos con certeza de donde procede la tradición de comernos 12 uvas en Nochevieja, lo que significa que ambas tendrán su trocito de verdad. Y es que las tradiciones suelen ser un sincretismo de diferentes actos y de diferentes épocas, y en ello radica la riqueza de las mismas. Pocos serán en España y en América Latina los que renuncien a esta forma de despedir el año, de manera que siempre es bueno estar un poco más informados acerca de algo que hacemos año tras año como si nos fuera la vida en ello. El simbolismo de las 12 uvas sigue siendo a día de hoy muy fuerte, y con ellas despedimos los doce meses por los cuales hemos atravesado y acompañado, en este caso, al 2016. Ojalá que hayan sido maravillosos, y si no, en nada llegan otros doce meses más.
¡Feliz año nuevo 2017!
