Desde que el mundo es mundo los seres humanos hemos buscado una explicación a nuestra existencia; que justifique nuestro, en principio, azaroso paso por el planeta. Como resultado de esta búsqueda, infinidad de culturas a lo largo de los siglos y desde cualquier parte del mundo han encontrado o inventado, partiendo de la posibilidad real, milenarias leyendas sobre el destino del hombre y su relación con el universo, un sistema en constante movimiento y transformación.

Entre las infinitas leyendas existentes se encuentra una muy hermosa japonesa que nos cuenta que desde que nacemos todos estamos conectados por un hilo rojo a las personas con las que estamos destinados a encontrarnos. De esta forma concluye que todo lo que nos sucede tiene una razón de ser y cada persona que nos cruzamos en la vida llega a ella por algo.

Esta mágica leyenda que tiene el trasfondo de las almas gemelas, surge a raíz del descubrimiento de que la arteria cubital va desde el dedo meñique hasta el mismísimo corazón. Por eso también en muchas culturas se sellan los pactos enganchando los meñiques. De entre todas las conexiones que llevan la sangre a través del cuerpo, ésta conecta dos puntos aparentemente aislados como son tu dedo más pequeño y el corazón.

En esta teoría la fuerza de la vida que contiene el corazón se continuaría más allá de tu dedo meñique ramificándose para “conectarse” con todas las personas que significan o significarán algo en tu paso por el mundo. No se limita sólo a las parejas sino a cualquier relación que el destino tenga reservada para nosotros.

Parejas que están predestinadas

historia del hilo rojoEse hilo rojo que se alimenta de la energía que nos rodea se puede alargar o enredar alejándonos por momentos de esas personas, pero jamás se romperá porque estamos predestinados inevitablemente a encontrarnos a lo largo del camino para vivir una historia de mutuo aprendizaje.

El hilo rojo es una manera de concebir al ser humano como parte de un todo, de una red de vida que se alimenta de las relaciones, de la reciprocidad que da la felicidad, de un intercambio necesario para alcanzar la plenitud, del dar y el recibir; que cobra sentido mágicamente cuando al fin entendemos por qué estamos en la vida de alguien o de qué forma podemos ayudarle en su camino sintiendo de inmediato que todo está perfectamente relacionado en el universo del que formamos parte.

Nuestro hilo define nuestro destino, es un recorrido ya definido que nos acerca a quienes más nos necesitan y a quienes más necesitamos para evolucionar, aunque desde nuestra limitada visión humana no lo comprendamos en el transcurso de la existencia terrenal. Para los japoneses esta es una forma de pensar, ellos creen firmemente que nada es producto de la suerte y que no somos ni mucho menos tan poderosos cuando creemos que decidimos sobre nuestra vida.

Así que si crees en el destino y esta leyenda te parece más que posible que sea cierta, sería bueno que te preguntaras con quién estás conectado por el hilo rojo en tu vida y qué debes aprender de esas personas… ¿No te parece?