Los ojos de los niños son más sensibles a la luz que los de los adultos. Antes del año de edad, la retina recibe 90% de los UVA y más del 50% de lo UVB. Antes de los 12, el 60% de los UVA y el 25 % de los UVB. Pasados los 25 años, la cantidad de rayos que recibe la retina disminuye y son frenados por el cristalino.

A causa de la fragilidad de los ojos infantiles, deberíamos siempre evitar las gafas baratas, pues aunque tengan el cristal oscuro y veamos reducida la claridad, no protegen contra los rayos nocivos del sol. Hay modelos homologados adaptados a los ojos y a la morfología de los niños a precios asequibles.

Busquemos el mejor y que nos ayuden ellos a elegir el que les guste más. Así será más fácil que se pongan las gafas cuando sea necesario.

En España sólo un 34% de padres ponen a sus hijos gafas de sol y un pequeño porcentaje del 4% incluso les protege a diario con lentes claros. Sé uno de ellos y cuida los ojos de tus hijos.

Las gafas deben ser de materiales resistentes y seguros, pero muy cómodos y elásticos, como la silicona, nylon o poliamida, irrompibles de alta protección: lentes de cat.4 polarizadas o con melanina, envolventes, para que la gafa proteja desde la mayoría de ángulos, diseñados para que apoyen bien en su pequeña nariz y con monturas preparadas para colocar fácilmente cintas elásticas o de neopreno por seguridad en el movimiento.

Aquí te damos dos razones de peso para hacerte fan de las gafas de sol para tus hijos:

1.Previenen enfermedades oculares

Hasta la adolescencia el ojo no ha terminado de desarrollarse por completo y el cristalino no protege de los daños causados por la luz ultravioleta. A la larga puede causar problemas como cataratas, degeneración macular… Es muy importante la prevención. La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que el 20 por ciento de los 16 millones de casos de ceguera que todos los años se registran como consecuencia de unas cataratas o glaucoma, se deben a la sobreexposición a la radiación.

2.Les protegen del sol en verano

En esta época del año especialmente hay que tener más cuidado. Los índices de radiación ultravioleta alcanzan su máxima intensidad. Las gafas cuidarán de sus ojos. Sobre todo de los ojos claros, más indefensos aún.

Las gafas de sol no son un juguete, son un artículo de salud y debemos mentalizar al niño de que las tiene que usar y aunque las lleve puestas recordarle que no debe mirar directamente al sol. Además es recomendable hacer uso de gorras y sombreros, así como de cremas con protección solar, o exponer a los niños entre las 12 y las 16 horas que es cuando más inciden los rayos ultravioleta.

Ahora que estamos bien informados de cómo cuidar a nuestros pequeños, ¡Feliz verano a todos!

gafas de sol para verano